casa de David Turner, telepredicador del E.E.U.U.

Un número creciente de predicadores de televisión estaban solicitando fondos y recibiendo millones de dólares sin rendir cuentas utilizando las ondas de emisión. En muchos casos descubrimos que estaban violando las regulaciones del IRS y la FCC con impunidad. Viviendo vidas de estilos ostentosos y al mismo tiempo aprovechándose de los más vulnerables de la sociedad, estaban predicando un evangelio que promovía el materialismo y la codicia, usando el lenguaje del cristianismo al tiempo que se burlaban de sus principios históricos más valiosos, como la abnegación y humildad.

Al igual que las contramedidas utilizadas para engañar a las defensas aéreas en la guerra, estos predicadores de la prosperidad estaban esparciendo una nube de bandas electromagnéticas para “confundir el radar”. Con tantos ecos falsos, el verdadero mensaje cristiano se estaba perdiendo, al menos en la televisión y la radio religiosa.

Así que ajustamos nuestra misión para revelar y exponer este engaño, y tratar de hacer que los televangelistas rindan cuentas al estado de derecho y a la decencia común.

Creemos que la libertad de practicar la religión protegida por la Constitución no incluye la libertad para defraudar. Y eso tiene que reflejarse en nuestros santuarios, nuestros ayuntamientos y nuestros cortes judiciales.

Nuestros objetivos:

–Aumentar la conciencia pública al continuar proporcionando información solicitada por varias organizaciones de medios de comunicación y dando entrevistas cuando sea apropiado.

–Posibilitar el establecimiento de una ley de derecho civil con respecto al fraude religioso.

–Permitir el establecimiento de una ley de derecho penal con respecto al fraude religioso.

–Trabajar con las agencias gubernamentales para establecer una mayor rendición de cuentas para las organizaciones religiosas y sin fines de lucro.

Para ser claros, investigamos por amor a la iglesia, trabajando desde adentro hacia la reforma, no desde una agenda hostil o secularista. Y esperamos eventualmente alejarnos del investigación una vez que el peligro haya pasado.

Nuestra esperanza es que una vez que desaparezcan los ecos falsos del “evangelio de la prosperidad”, el mensaje verdadero y el significado de la Cruz estén disponibles para la comparación, y para que la gente rechace el “evangelio de la codicia” que es una falsificación mezquina.